lunes, 8 de agosto de 2011

¿Cómo tener dinero para arrancar tú negocio?

Iniciar un negocio puede resultar prácticamente imposible si no cuentas con el efectivo para trabajar. Los emprendedores novatos a menudo descubren la profunda verdad que hay detrás del mito que dice “dinero llama dinero”. Y es que aunque el crédito para las pequeñas y medianas empresas (Pymes) ha aumentado en los últimos años y cada vez más instituciones tienen productos especializados para el sector, algunos de los requisitos que exige la banca comercial siguen constituyendo trabas a muchos intentos de aterrizar préstamos. Incluso compañías ya establecidas –y que generan ganancias– están pasando dificultades al tratar de obtener fondos.
Según datos del último reporte trimestral del Banco de México (Banxico), la banca comercial constituyó sólo el 33.9% de las fuentes de financiamiento utilizadas por las empresas, mientras que la mayoría accede créditos a través de proveedores.

La buena noticia es que como dueño de un negocio incipiente, más allá de recurrir a tus amigos y familiares, o llevar tus tarjetas de crédito al límite, existen estrategias que te ayudarán a conseguir el dinero que necesitas para arrancar. Aquí te presentamos algunas ideas.

Conserva tu empleo
¿Todavía tienes un empleo? Consérvalo. Tu trabajo actual puede ser un trampolín para tu propia compañía, pues como lo dice el dicho, “puedes ganarte la vida durante el día y amasar tu fortuna por la noche”. Sólo asegúrate de que tu iniciativa no interfiera con tu trabajo diurno y de no entrar en competencia directa con tu empleador actual.

Comenzar cuando todavía eres empleado puede ofrecerte un buen número de beneficios. Sobre todo te brindará un flujo estable de efectivo del cual puedes depender y posiblemente destinar a tu negocio.

Primero, sé autosuficiente
Si tienes la suerte de contar desde ahora con un par de clientes bajo la manga, quizá sea conveniente que consideres emplear el flujo de efectivo de la propia compañía para que se financie sola, en vez de depender de financiamiento externo. Muchas empresas se han construido de esa manera.

Puesto que el autofinanciamiento requiere reinvertir las ganancias en la empresa más que llevárselas a casa, te sorprenderá el grado de concentración que alcanzarás. Y si creías que antes estabas apretado, aún no has visto nada. Construir tu negocio de esta manera requiere necesariamente mantener tus gastos bajos y determinar mercados meta óptimos.

¿Cómo ser autosuficiente?
Entre otras cosas, trabaja desde casa en vez de rentar una oficina; arrenda o incluso canjea equipo o servicios, más que adquirirlos; y establece acuerdos con amigos especialistas o vendedores para que aporten trabajo a cambio de una compensación diferida. Al mismo tiempo, ponte el sombrero de la negociación y consigue mejores términos con tus proveedores.

Para contar con un impulso adicional, hazte el propósito de fijar acuerdos de prepago con tus clientes o establece un sistema de anticipos. Formar una empresa conjunta o una alianza estratégica también puede ayudarte a compartir algunos costos, junto con los riesgos, mientras conservas la propiedad absoluta de tu compañía.

Usa el apalancamiento
Otra forma de iniciar un negocio es a través del financiamiento apalancado. Esto aplica cuando quieres hacerte cargo de un negocio que ya existe. Si es así, mantén los ojos bien abiertos en busca de vendedores motivados.

Al igual que los dueños de viviendas, allá afuera hay dueños de negocios que mueren por vender. Quizá quieran retirarse, o sólo están hartos de la lucha diaria que implica tener una empresa. Esta clase de propietarios podrían permitirte comprar de modo diferido mediante una forma de préstamo que se llama compras apalancadas.

Se trata de un arreglo típico en el que el comprador le hace un pago inicial al vendedor y acuerda pagos mensuales o trimestrales con intereses en un plazo determinado hasta que se liquide totalmente el adeudo.

Pero ojo. No todos los que venden quieren sólo retirarse. El dueño de un negocio fallido podría querer deshacerse de él y pasárselo a un comprador desprevenido: tú. Para evitarlo, asegúrate de hacer las investigaciones necesarias y evita gravámenes adicionales, como órdenes de embargo o cargos judiciales.